En cualquier ámbito de la vida, es necesario ante tanta libertad o apertura llevar cierto control, autónomo de las cosas. Pero en lo que considero cada persona es dueño de su creación lo cual refiere su libertad para poner algún valor o de lo contrario hacerlo de forma gratuita, No es que se antepongan, pero si es el dar respeto al contenido e idea que quiere plasmar la persona, considero que en algún instante el autor deberá mostrar o abrir el contenido de acuerdo a las necesidades que presenten las otras personas.
La auténtica libertad, es aquella que no se hace esclava de sí misma. Un Software libre que cae en el relativismo del "todo es posible" se convertirá en una herramienta destructora de conocimiento. La opción de Creative Commons, trata de conciliar sin lugar a dudas los dos puntos divergentes entre lo privado y lo público. Sano es que esta propuesta defiende el derecho privado, en favor del conocimiento público. Lo que no nos garantiza Creative Commons es que todos los autores en ejercicio del derecho a la propiedad privada, promuevan y generen los medios para que el conocimiento, el arte, la crítica, etc se haga público. Sin lugar a dudas la respuesta al problema no se encuentra en Creative Commons, ya que este no es un fin en sí mismo, sino que es un medio para llegar a un fin. Siento yo que la respuesta se halla en la escuela que promueve el Software libre, la investigación, el conocimiento colaborativo, las comunidades de indagación... todo aquello que rompe el imaginario común de aquél que acaba de encontrar un tesoro y teme dar a conocer la perla encontrada.
Me gustaría insistir en un punto importante sobre esta cuestión y es precisamente el trasfondo, lo que subyace al origen de los derechos de autor y posteriormente, en parte, de los Creative Commons. Este punto tiene que ver precisamente con el factor que da origen a los derechos de autor, que aunque no es el único, es quizá el más relevante, y no es otro que el factor económico. Si se evalúa desde este punto de vista el desarrollo del software libre, claro que la legislación que se deriva de los derechos de autor son una amenaza para el desarrollo de software libre, porque precisamente una de la premisas que motiva la creación y el uso de este tipo de software es que el conocimiento no tiene precio, por lo que el factor que da origen al mismo es un factor ético y no económico. No obstante, lo que si se debe afirmar con toda certeza es la necesidad de buscar un punto medio, un justo equilibrio entre ambos elementos, para que precisamente en beneficio del conocimiento haya libertad en el acceso y la construcción del mismo, pero que también haya un merecido reconocimiento a los promotores del conocimiento.
ResponderEliminarEn cualquier ámbito de la vida, es necesario ante tanta libertad o apertura llevar cierto control, autónomo de las cosas. Pero en lo que considero cada persona es dueño de su creación lo cual refiere su libertad para poner algún valor o de lo contrario hacerlo de forma gratuita, No es que se antepongan, pero si es el dar respeto al contenido e idea que quiere plasmar la persona, considero que en algún instante el autor deberá mostrar o abrir el contenido de acuerdo a las necesidades que presenten las otras personas.
La auténtica libertad, es aquella que no se hace esclava de sí misma. Un Software libre que cae en el relativismo del "todo es posible" se convertirá en una herramienta destructora de conocimiento.
ResponderEliminarLa opción de Creative Commons, trata de conciliar sin lugar a dudas los dos puntos divergentes entre lo privado y lo público. Sano es que esta propuesta defiende el derecho privado, en favor del conocimiento público.
Lo que no nos garantiza Creative Commons es que todos los autores en ejercicio del derecho a la propiedad privada, promuevan y generen los medios para que el conocimiento, el arte, la crítica, etc se haga público.
Sin lugar a dudas la respuesta al problema no se encuentra en Creative Commons, ya que este no es un fin en sí mismo, sino que es un medio para llegar a un fin. Siento yo que la respuesta se halla en la escuela que promueve el Software libre, la investigación, el conocimiento colaborativo, las comunidades de indagación... todo aquello que rompe el imaginario común de aquél que acaba de encontrar un tesoro y teme dar a conocer la perla encontrada.
Me gustaría insistir en un punto importante sobre esta cuestión y es precisamente el trasfondo, lo que subyace al origen de los derechos de autor y posteriormente, en parte, de los Creative Commons. Este punto tiene que ver precisamente con el factor que da origen a los derechos de autor, que aunque no es el único, es quizá el más relevante, y no es otro que el factor económico. Si se evalúa desde este punto de vista el desarrollo del software libre, claro que la legislación que se deriva de los derechos de autor son una amenaza para el desarrollo de software libre, porque precisamente una de la premisas que motiva la creación y el uso de este tipo de software es que el conocimiento no tiene precio, por lo que el factor que da origen al mismo es un factor ético y no económico. No obstante, lo que si se debe afirmar con toda certeza es la necesidad de buscar un punto medio, un justo equilibrio entre ambos elementos, para que precisamente en beneficio del conocimiento haya libertad en el acceso y la construcción del mismo, pero que también haya un merecido reconocimiento a los promotores del conocimiento.
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